En la clase de Azul 1 seguimos disfrutando del otoño con mucha creatividad. Esta vez hemos transformado la huella del pie de cada niño y niña en una simpática ardilla.
Con pintura, pinceles y mucha ilusión, sus pequeños pies se convirtieron en la base perfecta para dar vida a este animal tan característico del bosque otoñal.
Además, hemos aprovechado estos días soleados para jugar en el patio, recogiendo hojas secas, corriendo y explorando el entorno natural que tanto disfrutan.
Estas actividades no solo estimulan la imaginación y la motricidad, también guardan un recuerdo precioso de esta etapa, dejando una huella que es única e irrepetible, como cada uno de nuestros peques.
El otoño nos inspira, ¡y nuestras manos, pies y juegos al aire libre se convierten en protagonistas de grandes aventuras!

















