Esta semana hemos vivido un proyecto muy especial en nuestra escuela infantil: un acercamiento a la música pensado para los bebés, respetando su ritmo, su curiosidad natural y su manera única de descubrir el mundo.
A través de pequeñas experiencias sensoriales —instrumentos suaves, sonidos que vibran, canciones que acarician, materiales que tintinean o susurran— hemos creado espacios llenos de calma, sorpresa y emoción. Cada gesto, cada mirada, cada sonrisa nos ha mostrado que la música es un lenguaje que los bebés comprenden desde muy dentro.
En las aulas hemos explorado objetos sonoros, escuchado diferentes timbres, jugado con el movimiento, sentido la vibración de instrumentos y disfrutado de momentos muy íntimos en los que la música nos unía en un clima de seguridad y afecto.
Ha sido una semana para observar, conectar y dejarnos maravillar por su forma tan auténtica de vivir cada experiencia.
La música nos ha regalado momentos preciosos… ¡y esto es solo el principio!





















