En nuestra clase de Rojo 4 hemos vivido una experiencia mágica en la sala de luz negra, un espacio que transforma los colores y los objetos en algo sorprendente y lleno de encanto.
Al entrar, los niños descubrieron cómo los materiales fluorescentes brillaban en la oscuridad, despertando su curiosidad y ganas de explorar. Manipularon objetos, observaron cómo cambiaban los colores bajo la luz ultravioleta y experimentaron con diferentes elementos que resplandecían entre sus manos.
A través de esta actividad sensorial, los niños no solo disfrutan, sino que también desarrollan la atención, la observación, la imaginación y el pensamiento científico, preguntándose por qué todo se ve tan distinto en este entorno especial.
Una experiencia envolvente y fascinante que convierte el aprendizaje en un juego lleno de luz… ¡y de magia!










