En nuestra escuela infantil, el aprendizaje se vive a través del juego y la exploración. Dentro de nuestras actividades de motricidad, trabajamos el concepto “dentro-fuera”, una noción clave en el desarrollo cognitivo y espacial de los más pequeños.
A través de juegos dinámicos y divertidos, los niños experimentan con su cuerpo y los objetos que los rodean, comprendiendo cómo pueden entrar y salir de espacios, meterse dentro de cajas, túneles o aros, y luego volver a salir. Estas actividades no solo refuerzan su coordinación y equilibrio, sino que también potencian su orientación espacial, autonomía y confianza en sí mismos.