En nuestra clase de Rojo 2 hemos disfrutado de una jornada muy completa, llena de descubrimientos y momentos especiales.
Comenzamos explorando la sala de luz negra, un espacio que siempre despierta sorpresa y admiración. Los materiales fluorescentes brillaban en la oscuridad y los niños pudieron manipularlos, observar sus cambios y descubrir un mundo lleno de luz y color que se transforma ante sus ojos.
Más tarde salimos al exterior para dedicar un ratito al cuidado de nuestro huerto. Regar, tocar la tierra, observar las plantas y ver cómo crecen les ayuda a comprender procesos naturales sencillos y a desarrollar actitudes de cuidado y respeto hacia la naturaleza. Cada pequeño avance en el huerto es vivido por ellos con ilusión.
Y para terminar la mañana, disfrutamos de juegos en el jardín, un espacio donde pudieron correr, saltar, deslizarse y compartir momentos de juego libre. El movimiento, el aire fresco y la convivencia hacen que esta parte del día sea especialmente enriquecedora.
Tres propuestas diferentes que se complementan y que permiten a los niños aprender a través de la exploración, la naturaleza y el juego.


















































