Los mayores del cole vivieron una experiencia única y sorprendente en la sala de luz negra, donde celebramos la Pascua de una forma muy especial.
Decoraron huevos con pinturas fluorescentes y elementos que brillaban en la oscuridad, dando rienda suelta a su creatividad en un entorno mágico y diferente. ¡Cada huevo se transformó en una pequeña obra de arte luminosa!
Después, con las luces apagadas y todo brillando a su alrededor, comenzó la emocionante búsqueda de huevos escondidos. Guiados por la luz y la emoción, recorrieron la sala para encontrar las sorpresas que el conejito Bob había dejado ocultas.
Una actividad sensorial, artística y llena de fantasía que hizo brillar la Pascua como nunca antes.