En nuestra aula de Naranja 2 hemos vivido una experiencia preciosa para comenzar a reconocer las partes de la cara de forma lúdica y muy sensorial.
Primero, jugamos con el espejo, un recurso que siempre despierta curiosidad en los más pequeños. Cada niño pudo observar su carita, sus gestos y sus expresiones, descubriendo poco a poco que ese reflejo que ven… ¡son ellos mismos! Fue un momento lleno de sonrisas, miradas sorprendidas y pequeños toques al cristal.
Después, pasamos a una propuesta más creativa: un mural con diferentes caras en el que los niños debían colocar ojos, nariz y boca en su lugar. Esta actividad les permitió manipular, experimentar y explorar, mientras reforzaban de manera natural el conocimiento de las partes de la cara.
Ha sido una experiencia sencilla, cercana y muy significativa que nos ayuda a seguir construyendo juntos su identidad y su desarrollo sensorial. ¡Nos encanta ver cómo descubren el mundo… y cómo se descubren a sí mismos!






















