En nuestra escuela infantil, ¡las manos se llenaron de color y la mesa de aprendizaje! Nuestros pequeños exploradores disfrutaron de dos experiencias que despertaron su creatividad y fomentaron su independencia.

Primero, convertimos frutas y dedos en pinceles mágicos. Naranjas, manzanas y peras dejaron sus huellas en el papel, creando obras de arte llenas de texturas y aromas. La pintura de dedos, suave y vibrante, invitó a los niños a descubrir un mundo de sensaciones. ¡Sus sonrisas eran la mejor prueba de lo mucho que disfrutaron!

Después, llegó el momento de aprender a comer como los mayores. Con platos, vasos y cubiertos, practicaron cómo servirse, comer y recoger. ¡Cada intento fue un paso hacia la autonomía! Observamos cómo su coordinación mejoraba y su confianza crecía. Además, aprovechamos para hablar sobre la importancia de una alimentación saludable.

Estas actividades, llenas de diversión y aprendizaje, nos recuerdan que cada día es una oportunidad para crecer y descubrir. ¡Os invitamos a ver las fotos de estas aventuras en nuestra galería!